José Hernández. Debe haber miles en la guía de teléfono y uno hasta se animó a escribir el Martín Fierro. Pero «Pepe» Hernández hay uno solo y es patrimonio histórico de nuestra Liga. Un arquero que comenzó a deslumbrar a los 17 años y colgó los guantes a los 43… que más decir de Pepe?
Recuerdo que en el año 1984, años de canchas peladas, mucho público y recontra equipazos, fui a ver un Domingo cualquiera a Trebolense recibir a Sastre. En el equipo de El Trébol estaban Omar Ampoli, Chapu Solzi, Gabriel Díaz, Satu Martínez y una banda de cracks. En Sastre un equipazo con Hernán Díaz marcando la punta derecha. Trebolense lo atacó por todos lados y ese pibe, apenas 4 años mas grande que yo, se las atajó a todas. Tirándose para acá, volando para allá, saliendo a atorar y descolgando centros. La rompió toda. Terminó el partido y recuerdo haberle preguntado a Don José Grolimund, por ese entonces ya utilero de Trebolense, quien era el arquero: José Hernández se llama, me dijo… desde ese día, fue el inolvidable y fenomenal arquero de Sastre que jugó en toda la Liga… tremendo crack del arco y de los mejores frutos que dio este semillero de buena gente que es nuestra Liga.
Pepe, contame todos los lugares donde jugaste?
A los 13 años con Hernán (Díaz) nos fuimos a Central donde estuve hasta los 17. Me vine a Sastre, La Emilia, San Martín de Pellegrini, El Expreso en un regional, Susanense, Americano, Piamonte, Recreativo Las Petacas y Brown de San Vicente…
¿Desde cuando arquero?
Prácticamente desde siempre, de chico teníamos un equipo que se llamaba Sacachispas, un equipo del barrio y como no había inferiores nuestros viejos lo habían armado y jugábamos encuentros y esas cosas y yo era el arquero.
¿Que tiene que tener un gran arquero?
Además de condiciones, un entrenamiento adecuado y ser muy obsecuente con ese entrenamiento para mi forma de ver, tiene que tener una gran concentración y mucha personalidad.
¿Quiénes fueron tus referentes en el arco?
Muchos. En Central estaba el «Gato» Andrada que físicamente era parecido a mí y yo lo miraba mucho. El era mucho mejor que yo, esta claro… Otro el Pato Fillol.
¿ Cuántas veces te dijeron que eran una gran arquero pero de físico chico?
Decírmelo, una sola vez en Colón. Después me vieron atajar y tenía que volver y no fui más. Yo era conciente que era petiso y por eso entrenaba para saltar más y mal no me fue con esta estatura porque atajé 25 años en la Liga….
Tu mejor atajada…
Soy medio flojo de memoria, no recuerdo una en especial. Puede ser un penal jugando para Piamonte en un partido que le ganamos a San Jorge 1 a 0 y lo atajé sobre la hora pero la verdad es que me pegó, en los penales tenés que tener suerte. Habia sido una semana difícil y atajar ese penal fue importante. Pero no lo atajé, me pegó… jajaja.
¿El gol mas tonto?
En un clásico jugando para La Emilia en cancha de San Jorge. Ibamos ganando 1 a 0 y me patean de lejos sobre el final del partido. Yo había marcado una línea en el área chica como se hacía antes y me picó ahí y me pasó por arriba. Me quería morir.
¿El mejor partido que jugaste?
Es difícil, me acuerdo de uno en el año 84 jugando para Sastre en cancha de Trebolense que me patearon de todos lados y me pelotearon todo el partido. Trebolense tenía un equipazo y creo que terminamos ganando 1 a 0.
Hablame de tu victoria ante una enfermedad tuviste…
Que preguntita esta!!! A uno le parece que nunca le va a tocar pero te toca. Debo agradecerle a mi familia, Liliana mi esposa y mis hijas Paula y Florencia que me obligaron a hacerme unos estudios. Ahí conocí a un fenómeno de persona y médico como Carlos Salvatierra que es de ahí de El Trébol y me descubrió el problema muy a tiempo. Fueron dos meses difíciles y largos. Hernán (Díaz) me conectó con los mejores médicos y cirujanos del país y con la fe en Dios y el apoyo de mi familia y tantos amigos hicieron que no afloje, no podía aflojar pero con todo ese apoyo fue mas fácil. Le agradezco a Dios la oportunidad de seguir acá. Aprovecho para agradecerle a todos los que me apoyaron, me llamaron y estuvieron atentos a lo que uno necesitaba esos dias y despues también .
¿Qué es la vida para vos Pepe?
Uhh, no se si soy el mas indicado para hablar de la vida. Creo que hay que saber disfrutarla, vivirla, rodearse de afectos que son los que siempre van a estar.
Pepe Hernández entrenador…
Muy buena experiencia, estuve 4 años en Sastre y uno en Piamonte. Muy lindo. Estuve al lado de mi padre futbolístico que es «Juancho» Zeitter y aprendí muchísimo. Dirigí hombres y chicos que me respetaron mucho y me hicieron muy bien. Hoy estoy retirado, sufro mucho y no me hace bien. Es otra etapa muy linda de mi vida.
Ese amigo que te dio el fútbol…
Muchísimos pero dejame elegir a tres. Uno de la vida y el fútbol como Hernán Díaz, casi que nacimos juntos y crecimos juntos. El triunfó en el fútbol y nunca se olvidó de su gente, sus orígenes… El otro es el Negro Segovia, un regalo que me dio el fútbol… el otro día en una nota de EL FARO el dijo que éramos hermanos y es cierto, somos como hermanos. El tercero es «Chicho» Hernández, otro de los amigos del fútbol. Estamos lejos pero nos visitamos seguidos. Un gran amigo.
¿La bronca mas grande?
Cuando te toca perder un partido o una final pero después se te va. Una brava fue jugando para Piamonte, el árbitro era Ariel Bustos en cancha de El Expreso en una semifinal que íbamos ganando y no faltaba mucho, yo me seco la transpiración y el dice que le hice seña que estaba loco y me expulsó. No pude jugar la primera final del 2005.
¿Y la alegría mas grande?
Jugar al fútbol. Sin dudas. Yo quería ser jugador de fútbol y lo fui. El fútbol es una lección de vida permanente, te enseña un montón de cosas. Te da tantos amigos, tantos recuerdos, tantas vivencias… por ahi te acostás y te empezás a acordar de amigos, de cosas que pasaron… los triunfos son lindos pero pasan, lo que te queda es el reconocimiento de la gente, el hincha, los compañeros… La alegría mas grande es haber jugado 25 años al fútbol…
Si uno en estos pagos futboleros dice Pepe ya se sabe que uno habla de él. Casi que sobran las palabras para describirlo como arquero y como persona es aún mejor. Un campeón de la vida que en esta repisa de colección tiene un espacio grande. Como su legado, en la cancha, en el vestuario y en la vida.