Con las alas del alma desplegadas al viento. Como un Superman de carne y hueso enarbolando la bandera de los locos lindos del fútbol, esos que se visten diferente, que usan guantes y hasta pueden tocar la pelota con la mano. Con las rodillas peladas y la espalda cubierta solamente por tres caños, una red y un número 1.
Con la misma alegría para volar y desparramarse en un área atestada de enemigos crueles que solo quieren gritarte un gol.
Allá lejos, invisible en una nube inquieta, acá cerca en los corazones heridos, más allá y en el sueño postergado, en la charla y el asado, en el vestuario como un Ángel que revolotea sin dejar rastro aunque todo el mundo sabe que está.
Hoy es el Día del arquero. El día del Leo Ravera y Damián Turco, del Loco Bertoni o la Mona Laurenti, de Pachacho De Antonio y el Pato Pietrani, de Bauti Eckerd y el Dibu Martínez, de Donarumma y Seba Boni, de Mati Rébola y el Juanca Caffaratti, del «Tonchi» Boggino y Hernán Regis, del «Pato» Fillol y el Fede De Anais, del Loco Gatti y el Flaco Di Donatto, de Ezborráz y Padilla, del Pato Banchio y el Porra Laurenti, del Nani Baquín y lamparita Solís, de Lauti Farías y Guido Vidal, de el otro Guido que ahora vive en España y de Germán Lemos, de Pepe Hernández y la Mona Dominguez, del Cata Díaz, de Pablito Fenoglio, de Juan Bach, del Kun Lecuima y el Nico Ordoñez, de Facu Correa y Marito Colussi, del Loco Genovesio y los pibes Cravero y Turchetti…
Hoy es el día del ARQUERO… También el tuyo, eternamente Chama…