Luego de la final entre El Expreso y Americano que consagró al equipo de Pellegrini como campeón y al momento de retirarse los primeros hinchas visitantes, hubo serías agresiones a unas cuadras del estadio donde resultaron dañados, algunos de gravedad, hinchas de Americano, autos y motociclistas.
Las agresiones perpetradas por gente identificada con camisetas del local fueron unos 30 minutos después del final del partido.
Una vergüenza para una final que no merecía este tipo de situaciones porque no hubo ningún tipo de problemas dentro de la cancha, incluso la gente de Americano aplaudió de pie a los jugadores campeones de la reserva de El Expreso antes del cotejo principal y la entrega de premios fue correcta con pasillo y aplausos.
El accionar de la policía fue evidentemente ineficaz y una vez más debemos pedir que estás cosas no vuelvan a pasar. Pero siguen pasando, más allá del trabajo dirigencial, de los recaudos que se intentan tomar y de la inmensa cantidad de policías y agentes privados de seguridad que los clubes contratan.
Una pena, un peligro y una mancha más.