Hernán Padilla dejó el fútbol. El del Domingo fue su último partido defendiendo al club de toda su vida, a su segunda casa como lo es Susanense.
A los 38 años, después de una larguísima y excelente carrera, decidió colgar los guantes.
Arquero de perfil bajo y atajadas heroicas, respetado por sus cualidades en la cancha y sus virtudes humanas fuera de la misma. Deja el legado que trasciende a su club y llega a todos. Ese aplauso imaginario de aquellos despojados de la efervescencia del momento de cancha, es atronador. Hernán esta en ese sitio privilegiado de los que dejan una estampa a través de su pasar. Será raro ver la formacion del rojo sin escribir Padilla con la uno.
Como todo en la vida, las cosas van pasando. Lo importante es dejar una huella, una imagen donde el recuerdo se mezcle indeleblemente con la emoción de haber sido parte de una historia. Y que esa historia, escrita con letras emocionadas, genere admiración y respeto. Todo eso es Hernán Padilla. Gracias por tanto Pela… El libro de la historia de la Liga tiene una página reservada para vos, por lo que fuiste y por lo que dejaste. Eternamente Gracias número 1!!!!
